#ReflejosdelMuseo2: Antonio Fernández Alvira

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Desde los años 90, el Museo de Huesca se ha mostrado atento al fomento de la creatividad contemporánea, acogiendo en sus salas numerosas exposiciones de artistas contemporáneos de la provincia o de otros lugares. En los últimos años se ha relacionado dicha creatividad con los espacios del museo o del propio territorio, utilizando lugares como el patio u otros donde tuvieron lugar las leyendas que nutren nuestra historia.

Para la serie “Reflejos del Museo”, en la que os estamos contando “cómo nos ven” diferentes personas, hemos querido que Antonio Fernández Alvira, artista oscense, nos relate sus vivencias. Fernández Alvira participó en el año 2016 en el proyecto “La leyenda en el imaginario” con su instalación “El último resplandor”, ubicada en la Sala de la Campana. En ella reflexionaba, con la Leyenda de la Campana de fondo, acerca del periodo convulso que vivimos en el mundo, donde lo que se consideraba incuestionable se desmorona. Este proyecto por tanto conserva su esencia en un momento como el actual. Antonio Fernández Alvira expone en la actualidad en el IAACC Pablo Serrano la muestra “Elementos para un discurso” que esperamos poder ver de nuevo cuanto antes. Todas las veces que hemos estado con él nos ha contado recuerdos muy especiales acerca del museo que conserva en su memoria. De hecho, Aragón TV emitió el 4 de febrero el programa Un paseo por Huesca, protagonizado por Antonio Fernández Alvira, que se inicia en el Museo de Huesca, lugar de relevancia histórica, cultural y afectiva en su vida.

Aquí os dejamos sus palabras:

“He ido muchísimas veces al Museo, pero una de las primeras veces de las que tengo recuerdo es yendo con el colegio, siendo yo muy pequeño, durante la llamada semana de Aragón que se hacía en el colegio los días cercanos a San Jorge. Recuerdo ir por el Museo y descubrir los cuadros y estancias, y ver sorprendidos con los demás compañeros de clase el cuadro que juega con la imagen, y de lejos parece una calavera y de cerca es una pareja de niños, y cómo no, la impresión al entrar en la sala de la campana, leyenda que nos habían contado durante esos días en clase. El sentir que un Museo no para de sorprenderte y enseñarte continuamente me quedó muy grabado en la mente.

Capricho, Bernardino Montañés. NIG 01540. © Foto: Fernando Alvira. Museo de Huesca
Capricho, Bernardino Montañés. NIG 01540. © Foto: Fernando Alvira. Museo de Huesca

Hay dos lugares que me encantan del Museo. Uno es el patio octogonal, que siempre me transmite mucha tranquilidad; recomiendo sentarse allí unos minutos una vez acabada la visita del Museo, para relajarse, pensar lo que se ha visto, escuchar la fuente…y otro de los sitios que me gustan son las dependencias que formaron parte del Palacio de los reyes de Aragón, sentir que la historia y toda su carga están allí presentes.

Sala de la Campana con la instalación «El último resplandor» de Antonio Fernández Alvira © Foto: José Garrido. Museo de Huesca

Hay muchas obras y piezas de este Museo que me gustan muchísimo, y siempre voy a ver, pero por destacar dos, una sería el brazo de bronce perteneciente a una escultura romana, que nos ayuda a imaginar como debió de ser la Osca romana, y por otro lado, como no podía ser de otro modo, la parte perteneciente a Ramón Acin, y la visión de sus trabajos, con el pensamiento de lo que podría haber llegado a ser y a realizar si no hubiera sido fusilado”.

Antonio, tus palabras nos han llegado al corazón, como lo hizo tu obra en la Sala de la Campana, por lo que te damos las gracias por brindarnos tus recuerdos de nuestro querido museo.

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