Hoy, 25 de mayo, finalizamos nuestra serie «Reflejos del Museo de Huesca» con unas aportaciones que nos hacen especial ilusión. Vamos vislumbrando ya el momento en el que abriremos nuestras puertas, por lo que vamos a poner todo nuestro empeño en que vuestra visita sea lo más segura y satisfactoria posible. Queremos veros en nuestras salas, disfrutando del espacio privilegiado del museo y de la colección que exponemos, y sobre todo, dar de nuevo ese lugar a los niños y a las niñas, y a sus familias, para que conozcan la historia del museo, de sus colecciones y la importancia que tiene salvaguardar nuestro patrimonio para conocer todo aquello que fuimos.

El Museo de Huesca recibe cada año a numerosos escolares y familias en las actividades programadas; por eso, hemos querido darles un espacio en esta sección de «Reflejos», porque ellos también tienen mucho que decirnos.

Actividad en familia. DIM 2018. © Archivo Museo de Huesca

Comenzamos con Nora Gómez Blanco, asidua visitante del Museo de Huesca, quien con 11 años nos cuenta lo siguiente:

«El Museo de Huesca ha sido uno de los pocos museos que me han gustado al cien por cien: la sección de Arqueología es fascinante y los cuadros de Bellas Artes son preciosos, además te lo explican todo de una manera en la que parece que ya sabías todo eso desde hace montones de años.

En conjunto el museo está genial, pero, sin duda, mi parte favorita es arqueología; sobre todo los restos de animales, resulta impresionante ver cómo eran los animales hace millones de años o, al menos, a mí me lo parece.

Claro que el museo tiene unas salas espectaculares como la Sala de la Campana, la Sala de la Reina Petronila o la Capilla decorada con todo el oro y la pequeña salita con cuadros de santos.

También están muy bien las obras de Ramón Acín como Las pajaritas, La fuente de la Moreneta o La feria. ¡Quién no se acuerda de La feria!

Otra curiosa estructura es la fuente de Eros sobre el delfín, también una de mis obras favoritas del museo, aunque, desgraciadamente, está un poco rota.

Empezó a gustarme el museo en el campus de verano al que asistí durante dos semanas. Me gustó tanto que luego, en Navidad, quise repetirlo. Aprendí muchas cosas interesantes e hice muchos amigos a los que también les gustaba el museo.

Y estas son mis cosas favoritas del Museo de Huesca, os lo recomiendo al 100% a todo el mundo que lea esto y, por supuesto, espero que lo que he escrito os haya gustado y os anime a ir, si todavía no lo habéis hecho».

Nora – Minerva en el Campus de Verano 2019 del Museo de Huesca

Los hermanos Palos nos cuentan cada uno a su manera lo que recuerdan del Museo de Huesca. Clara ha hecho un dibujo y Guillermo nos relata algunos de sus recuerdos y demuestra que también visita nuestra página web.

El Museo de Huesca. Dibujo de Clara Palos. 8 años

«Hola soy Guillermo Palos y tengo 10 años. Yo ya he ido muchas veces al Museo de Huesca y todas las veces que he ido me lo he pasado de miedo y he aprendido mucho. Las cosas que me gustan del Museo de Huesca son: que tratan muy bien a todo el mundo, que hay muchos cuadros y esculturas y que las visitas guiadas son una pasada. Siempre acabamos haciendo algún mural o dibujo. También me gusta mucho la leyenda de la campana de Huesca porque me parece impresionante que donde estaba hubiesen matado a todos esos nobles y que los nobles fueran tan tontos como para no darse cuenta de que el Rey les quería matar (espero que algunos se salvaran).

Vi la web del Museo de Huesca y me encanta que ese artesano os haya recreado la lámpara hanukiya y me ha sorprendido mucho lo de los Rayos X. Es increíble como se puede ver todo el dibujo, es genial».

Otros visitantes, los hermanos Sanz, nos han enviado estos dibujos:

El Museo de Huesca. Dibujo de Vega Sanz. 8 años.
Manos de la familia. Dibujo de Daniel Sanz. 5 años.

Y por último, Ana Tricas, una joven visitante de 6 años, nos ha mandado sus recuerdos; deseamos que pronto se conviertan en una realidad y pueda seguir soñando tan bonito.

Eros y el delfín. Dibujo de Ana Tricas. 6 años.
Recuerdos del museo, por Ana Tricas. 6 años.

Su madre nos transcribe por si acaso, aunque entendemos perfectamente lo que Ana nos quiere contar:

«El museo de Huesca está lleno de aventuras, un día puedes ser una  reina como Petronila, otro un romano y hasta una persona de la prehistoria. Me acuerdo mucho de Eros y el delfín, de la feria y las pajaritas de Acín y de la fuente del patio, pero el recuerdo más chulo que tengo es el de reír con mi mejor amiga, jugar con el arte y pintar con mamá».

Queremos que todos volváis pronto al museo, os esperaremos con los brazos abiertos, con toda la ilusión y esperanza que refleja esta bonita flor. Porque sabemos que también queréis volver.

Flor para el museo. Creación de Ana Tricas. 6 años.
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