El pasado martes tuvimos la gran suerte de contar en el museo con la presencia de José Ángel Asensio Esteban, quien nos descubrió a una “Inesperada” Cornelia Neilla mediante una interesantísima conferencia dentro del ciclo incluido en el programa «Cultura en Igualdad: Mujeres en Museos, Archivos y Bibliotecas». Un proyecto impulsado por la Dirección General de Cultura con el objeto de fomentar la igualdad a través de las artes y la cultura.
Como se apunta en dicho ciclo: “Cada museo, archivo, biblioteca, esconde entre sus fondos mujeres de las que no hemos oído apenas hablar, mujeres que no se ajustaron al rol establecido, actuando de forma inesperada abriendo camino a quienes se atrevieron y atreven a romper con los estereotipos de género. Al igual que se han recogido semblanzas de importantes mujeres en diversas publicaciones y otras recopilaciones, los centros culturales tenemos numerosas historias que contar.”
En el Museo de Huesca hemos querido ahondar en la figura de Cornelia Neilla, mujer romana a la que hemos conocido a través del proyecto expositivo “Labitolosa. Una ciudad romana en el Pirineo oscense”. Quien mejor, además, para llevar a cabo este cometido que José Ángel, comisario de la citada exposición y co-director del proyecto de actuaciones arqueológicas en Labitolosa.
José Ángel nos presentó a Cornelia Neilla como una “Labitolosana de la Alta Sociedad Municipal”. Antes de profundizar en su figura quiso agradecer la oportunidad que el “Ciclo de conferencias Inesperadas” brindaba a Cornelia de poder contar su historia, enriqueciendo de este modo nuestro presente. Una historia que comenzamos a conocer durante la celebración de la exposición, anteriormente citada,“Labitolosa. Una Ciudad Romana En El Pirineo Oscense” que tuvo lugar en el Museo de Huesca entre Marzo de 2019 y Enero de 2020.
Labitolosa es una ciudad romana situada en el cerro Calvario, en La Puebla de Castro (Huesca). Su vida activa se desarrolló entre el siglo I a. C. y finales del siglo II d. C., momento en el que se abandonó. Desde 1991 esta ciudad romana fue excavada con regularidad por un equipo mixto de investigadores de las universidades de Burdeos (Francia) y Zaragoza (España).
Uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del yacimiento labitolosano lo constituye el conjunto de 21 pedestales honoríficos hallados en el interior de la curia junto con varias inscripciones contemporáneas a la época de su construcción. Entre esas inscripciones aparecía cuatro veces el nombre de Cornelia Neilla. Un hecho excepcional ya que la curia era un espacio habitualmente reservado a los grandes hombres aristócratas de la ciudad.
Cornelia figura como la persona que paga estos monumentos, ya que en aquella época eran los ciudadanos más importantes quienes patrocinaban espectáculos, juegos, fiestas…y construían o reparaban edificios públicos para obtener prestigio y reconocimiento social. Pero no solo eso, Cornellia tuvo incluso un pedestal dedicado, como homenaje a la labor por ella realizada en beneficio de su ciudad.
En la sociedad romana el papel de la mujer estaba delimitado por una serie de costumbres que regían el ámbito privado (casa, familia y matrimonio); y el contexto público (foro, ceremonias, mercado, trabajo fuera de casa, nacimiento, muerte y religión). En cada uno de estos ámbitos, tal y como
lo ponen de manifiesto diversas fuentes (escritas, arqueológica y plásticas), la presencia de la mujer era evidente, así como la labor en ellos realizada.
En el caso de Cornelia Neilla destaca que estuviese en igualdad de condiciones con los grandes hombres de su ciudad, un fenómeno que se extiende a las mujeres del pirineo y prepirineo hispano, una región que cuenta con una inusitada presencia femenina en la epigrafía honorífica. Un hecho que se debería a la influencia de sus orígenes celtas o aquitanos y al relevante papel que tenían las mujeres de esta zona.
Lo que no cabe duda es que Cornelia Neilla fue una mujer excepcional porque fue capaz de proteger la dignidad y el prestigio de su familia, así como de patrocinar las infraestructuras de su ciudad siendo reconocida por ello en un espacio donde no era habitual que la mujer figurase.
Gracias a las palabras de José Ángel y a su didáctica exposición, pudimos constatar que nuestra Cornelia Neilla fue, por tanto, una mujer afortunadamente “Inesperada”.