Hace unos meses os mostrábamos parte de la renovación de la sala 6 del museo, donde la pintura palaciega del siglo XVII se reforzaba con la inclusión de retratos de corte y cuadros de temática mitológica que completaban el discurso expositivo, centrado hasta ese momento en la temática religiosa.
Ahora, mostramos las nuevas intervenciones realizadas en la sala 6 que culminan el proceso de renovación iniciado meses atrás. La principal actuación ha sido el cambio del color de los paneles sobre los que se muestran los cuadros. El nuevo tono elegido sirve de fondo a unas pinturas que invitan a ser observadas con calma y detenimiento.
Además de la renovación del color de la sala, tras las recientes intervenciones, podemos observar dos nuevas obras que terminan de completar el discurso expositivo de este espacio, tratando de encontrar el equilibrio entre la pintura palaciega, reforzada en la anterior intervención, y la pintura religiosa que, hasta ese momento, era predominante en este espacio.
Las obras que ahora se muestran forman parte de la colección estable del museo y se encontraban en el área de reserva. Se trata del Martirio de San Pedro de Verona y Noli me tangere, ambas procedentes de la colección privada de Valentín Carderera y que fueron donadas al Museo de Huesca en el siglo XIX.
El Martirio de San Pedro de Verona representa el momento en el que San Pedro de Verona es asaltado en la espesura de un bosque, por unos herejes, en el transcurso de su viaje de Como a Milán junto a su compañero, el hermano Domingo, quien intenta huir del fatal desenlace.
El lienzo es una copia de un cuadro de Tiziano realizado en 1530 para el retablo del altar de la Hermandad de San Pedro Mártir, en la iglesia de los santos Juan y Pablo de Venecia. El lienzo original fue destruido en un incendio en 1867.
La obra Noli me tangere, recoge el momento narrado en el evangelio de San Juan en el que Cristo resucitado se aparece en el entorno de un jardín de aires clásicos a una arrodillada María Magdalena, ricamente ataviada, a la que dice “No me toques más (Noli me tangere) porque todavía no he subido al Padre”.
Se trata de una pintura de gran calidad, encuadrada dentro de la corriente tardobarroca madrileña de la segunda mitad del siglo XVII. Denota un conocimiento profundo de la pintura veneciana del siglo XVI, identificable en el vivo colorismo del vestido de la Magdalena y los gestos y actitudes galantes de los dos personajes representados.
Las obras que anteriormente ocupaban este espacio, San Jerónimo y Martirio de San Bartolomé, se encuentran ahora en el área de reserva del museo.
La exposición permanente es el referente a la hora de presentar el discurso expositivo del museo. Para ello, las piezas de la colección permanente, estén en exposición o en áreas de reserva, sirven para dar sentido a un discurso que, sin perder su coherencia, no tiene por qué ser estático e inamovible. Es más, la renovación y actualización de la exposición permanente es imprescindible para mantener esa coherencia.
Por este motivo, desde el Museo de Huesca, os invitamos a visitar un espacio renovado en el que la pintura barroca de XVII muestra los diferentes géneros que formaron parte de una de las épocas artísticas de mayor esplendor.