La pintura palaciega del siglo XVII completa el discurso expositivo de la sala 6 del Museo de Huesca

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El siglo XVII en España se caracteriza por ser un momento de contrastes, porque a pesar del deterioro político y económico, a nivel cultural, es uno de los periodos más fructíferos.

Por una parte, el espíritu de la Contrarreforma, movimiento religioso, intelectual y político destinado a combatir la Reforma protestante iniciada en el siglo XVI, propició la búsqueda de un estilo narrativo que reflejara el triunfo de la iglesia católica. El Barroco, con una estética marcada por el efectismo y la espectacularidad, sirve a la perfección para mostrar las escenas de martirios, vidas de santos o episodios de la vida de Jesús y de la Virgen, tan habituales en este periodo.

Si bien, la temática religiosa es la predominante, no es el único género que existente en esta época. A pesar de que en el siglo XVII comienza la decadencia de la monarquía hispánica, las colecciones reales siguen mostrando piezas artísticas de gran valor. La mitología y los retratos de corte, son la alternativa a la iconografía religiosa tan característica del Barroco.

Aunque, el reinado de Felipe III es más bien continuista en lo que a coleccionismo se refiere, no debemos menospreciar su aportación ya que en este periodo se redecoran algunas estancias palaciegas del palacio de El Pardo, y se repone la galería de retratos contando para ello con el principal retratista del reinado, Juan Pantoja de la Cruz. El género del retrato será trabajado con asiduidad en este ámbito, en el que también destacan artistas como Bartolomé González, discípulo aventajado del anterior.

El auge del coleccionismo de las pinturas de corte llega con Felipe IV, a través de adquisiciones masivas de cuadros para la decoración de los nuevos palacios del Buen Retiro, La Zarzuela y de la Torre de la Parada. Paisajes, alegorías, escenas de caza y mitológicas enriquecerán la decoración de las diferentes estancias palaciegas, en las que se impone el gusto personal del monarca que elige artistas como Rubens, Tiziano, Veronés y, por supuesto, Diego Velázquez.

El Museo de Huesca exponía, hasta el momento, una interesante miscelánea de obras pictóricas religiosas de distintas escuelas del Barroco español. Se trata, en su mayoría, pinturas de gran formato que decoraban los grandes retablos y los muros de los claustros.

San José con el Niño dormido. ANGELO NARDI. 1600-1664 [ca]. Óleo sobre lienzo. NIG 00081. © Foto Fernando Alvira. Museo de Huesca

Ahora, completamos el discurso expositivo, con una representación de la pintura de carácter palaciego con la inclusión de retratos de corte y cuadros de temática mitológica. Concretamente con los retratos femeninos de María de Medicis y Ana de Austria, del taller de Bartolomé González, que se suman al retrato de Santa Inés (obra destacada de la sala) de autor desconocido. Y, cinco cuadros que muestran al héroe mitológico Hércules: La Apoteosis de Hércules de Juan Bautista Martínez del Mazo; Hércules luchando con el león de Nemea, Hércules luchando con el toro de Creta, Hércules luchando con Anteo y Hércules matando al dragón de las Hespérides, atribuidas a Juan Bautista del Mazo.

María de Médicis y Ana de Austria del taller de BARTOLOMÉ GONZÁLEZ, en la renovada sala 6.

A excepción de La apoteosis de Hércules, el resto da las obras citadas, pertenecían a la colección privada de Valentín Carderera, erudito e impulsor del Museo de Huesca en la década de los años setenta del siglo XIX, cuyo legado constituye el germen de nuestra Institución.

Sala 6 del museo con La Apoteosis de Hércules de Juan Bautista Martínez del Mazo; Hércules luchando con el león de Nemea, Hércules luchando con el toro de Creta, Hércules luchando con Anteo y Hércules matando al dragón de las Hespérides, atribuidas a Juan Bautista del Mazo.

La renovación de la sala 6 demuestra que la exposición permanente puede adaptarse a nuevas necesidades del discurso expositivo y mostrar fondos que, por diferentes circunstancias, no siempre están en las salas. De hecho, tres de ellas: Hércules luchando con el león de Nemea, Hércules luchando con el toro de Creta y Hércules matando al dragón de las Hespérides, han sido restauradas con el objetivo de formar parte de esta renovación.

Renovación del espacio expositivo en la sala 6

Todas estas obras, refuerzan, por tanto, el discurso expositivo de la sala 6 del museo mostrando los diferentes géneros que formaron parte de una de las épocas artísticas de mayor esplendor.

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