Representación de dos figuras exentas de caballos embridados. Al mostrarlos al trote en dos bandas paralelas en altura, esta composición destaca por su gran dinamismo. La forma esquemática del contorno de los cuerpos se complementa con un detallismo preciso de las cabezas y muy especialmente con los ojos, boca y crines.

Junto a ellos aparece una banda epigráfica vertical muy desgastadas de significado incierto.

Este relieve, que formaría parte de un monumento desconocido de mayor tamaño, remite al importante valor que los pueblos íberos concedieron a los équidos, identificadores del poder de las élites aristocráticas locales.

Estela de los caballos. 150 [a.C.]-100. La Vispesa (Tamarite de Litera, Huesca) NIG. 03692.© Foto Fernando Alvira. Museo de Huesca

CULTURA IBÉRICA

Bajo el nombre de íberos, término acuñado por los griegos, se englobaron distintos grupos de pobladores con unas características comunes, fruto de la simbiosis y aculturación de la población autóctona con las influencias púnico-fenicias y griegas. En el territorio que ocupa la actual provincia de Huesca, estos pueblos prerromanos aparecieron de forma tardía, en torno al 350 a.C., representados por los ilergetes e iacetanos asentados en estos espacios.

En el mundo ibérico, la manifestación artística más relevante es la escultura, de la que el Museo de Huesca cuenta con importantes ejemplos, como esta estela de los caballos. Todas las piezas dejan constancia de completo muestrario de sus creencias, con representaciones de personajes, equinos, manos desplegadas como posible representación de trofeos de guerra y una probable loa a una divinidad indígena asociada al Marte romano.

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