En el Museo de Huesca tenemos tres nuevas obras de Valentín Carderera. Su adquisición contribuye a incrementar los fondos que poseemos de este autor y nos convierte en uno de los centros de referencia en la obra de Carderera. La compra de estas acuarelas viene también a paliar la falta de presencia de retratos femeninos en este conjunto, donde únicamente contábamos con una imagen de la musa Terpsícore.
Las tres acuarelas, que representan a tres figuras femeninas ricamente ataviadas a la moda de los siglos XVII y XVIII, han sido adquiridas en una subasta celebrada por la Galería Ansorena de Madrid. En ella, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón ha solicitado al director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte que ejerciese el tanteo, derecho de adquisición preferente, en nombre de la Comunidad Autónoma de Aragón en virtud de lo recogido en el artículo 38 de la Ley de Patrimonio Histórico Español 16/1985, puesto que estas obras son con destino a un museo de titularidad estatal como es el Museo de Huesca, aunque tenga la gestión transferida a la Comunidad Autónoma.
Las acuarelas son tres obras de máximo interés puesto que ilustran la faceta de copista de retratos de Carderera, labor que ha permitido conocer obras que, por distintos avatares, se han perdido. Tal y como se ha puesto de manifiesto, existe una vinculación directa de uno de los lotes con el retrato desaparecido que se encontraría en una casa solariega de Huesca, por lo que esta obra es la única referencia de ese inmueble y la galería de retratos que se encontraría allí.
Las obras adquiridas son un retrato de Dama Chigi (12 x 8,5 cm); un retrato de Dama (12,5 x 9,5 cm) identificada desde el Museo de Huesca como posible copia de un retrato de María Luisa de Orleans, primera mujer de Carlos II; y un retrato de Dama de la Casa Pérez, Huesca (15 x 11,3 cm), que sigue modelos cortesanos. Todas ellas aparecen ricamente ataviadas a la moda de los siglos XVII y XVIII.
Según el informe elaborado por el Museo de Huesca, no hay ninguna duda sobre la autoría de estas obras, que copian retratos antiguos y que probablemente formaron parte de un álbum de retratos de damas que fue desmontado en su momento por un anticuario y en la actualidad van saliendo poco a poco al mercado.
De los tres retratos, el de la Dama de la Casa Pérez cuenta con un interés sobreañadido por su vinculación a la Huesca desaparecida. Posiblemente el propio Carderera se refiere a la ejecución de esta acuarela cuando escribe en su diario el día 9 de enero de 1841: “[fui] a casa Pérez a dibujar el retrato antiguo”.
Valentín Carderera es uno de los aragoneses más ilustres que alumbró el siglo XIX al que recientemente la Biblioteca Nacional dedicó una exposición, comisariada por el oscense José María Lanzarote. Su papel de viajero erudito, historiador del arte, coleccionista, dibujante y pintor, lo convierten en uno de los personajes de referencia en la vida cultural del siglo XIX en España.
Apasionado defensor del patrimonio, fue comisionado por la Comisión Central de Monumentos para la defensa del patrimonio monumental y artístico en unos años muy convulsos tras los procesos desamortizadores de los bienes eclesiásticos.
Su importancia como erudito se plasmó en su reconocimiento en vida como Miembro de la Academia de la Historia, de la de Bellas Artes de San Fernando y miembro de la Junta del Museo Real de Pintura y Escultura, lo que actualmente es el Museo del Prado.
Se trata igualmente de un personaje al que va íntimamente ligada la historia del Museo de Huesca. Gracias a su interés, tesón y generosidad pudo ver dicha institución la luz en el año 1873. Contribuyó con fondos de su colección privada a través de sucesivas entregas a su puesta en marcha en su primitiva sede del Colegio de Santiago oscense.
Estas tres obras se presentan ahora al público dentro de la exposición permanente en el marco del proyecto de renovación de los discursos expositivos del área de bellas artes que tiene una doble finalidad: por un lado, velar por la correcta conservación y renovación de fondos especialmente sensibles como es el caso de la obra gráfica y, por otro lado, se pretende ampliar los relatos expositivos de acuerdo con las investigaciones recientes sobre los fondos del museo o con adquisiciones tan relevantes como esta.
Por este motivo junto a los tres retratos femeninos se expone una obra que guarda estrecha relación con ellas, en concreto con los ornamentos que lucen las damas retratadas, especialmente con la Dama de la Casa Pérez. Se trata de un dibujo a tinta y aguada sobre papel que representa un conjunto de joyas o grand parure perteneciente a una noble romana caracterizado por su afán descriptivo y clasificatorio.