El Museo de Huesca ha prestado seis obras del artista oscense Ramón Acín para la exposición Ideal de Aragón: Regeneración e identidad en las artes plásticas (1898-1939), que puede verse en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza hasta el 9 de mayo.
Desde el Museo de Huesca, aprovechamos esta oportunidad para mostrar los trabajos de transporte y montaje que hay detrás del préstamo de obras de arte para exposiciones temporales. Se trata de un proceso que se realiza siempre por empresas especializadas y que comprende la recogida de las obras en su lugar de origen, así como el embalaje, el transporte y el montaje en la sala de exposiciones cubriendo, por supuesto, la devolución de las obras a su ubicación inicial. Todo ello, forma parte de una operación que se realiza puertas adentro y que hoy mostramos, paso a paso, aprovechando la salida de estas pinturas de Ramón Acín.
En esta ocasión, tres de las obras que viajan a Zaragoza están expuestas en sala y otras tres se ubican en almacén. Todas ellas son recogidas in situ por la empresa de transporte y embaladas por separado.
El trabajo de embalaje se realiza en cada una de las estancias donde se localizan las obras, para ello, dos especialistas preparan una mesa de trabajo, papel neutro y demás utensilios, así como las cajas que portarán cada una de las pinturas de Ramón Acín.
Cada una de las obras es embalada sobre la mesa con mucho cuidado. Para ello, los especialistas emplean papel neutro y lo aseguran con cinta adhesiva.
A continuación, la obra se introduce en una caja de madera fabricada a medida, realizada con ignifugantes y antiparásitos, que cuenta con asas para transportarla con facilidad, así como aislante térmico y de vibraciones. El interior de la caja queda totalmente adaptado a la pieza quedando ésta inmovilizada y protegida.
Cada una de las cajas tiene una numeración que la identifica, así mismo, puede incluir el título de la obra que contiene o su número de inventario. Una vez introducida la obra, la caja se cierra y sella completamente con un precinto numerado.
Transcurridos unos días desde su salida del Museo, se realiza el montaje en la sala de exposiciones. Dicho montaje suele ser supervisado por el personal encargado de la exposición y una persona de la institución de origen que asiste como correo.
El correo debe asistir a la apertura del embalaje en sala, por lo tanto, debe verificar que cada obra ha sido transportada en su caja, perfectamente cerrada con el mismo precinto que se le puso a su salida de la institución de origen.
La obra se extrae del embalaje con mucho cuidado y se coloca de nuevo sobre una mesa para su estudio por el personal de ambas instituciones.
Después de ser examinada, se instala sobre su soporte ya sea en vitrina, pared…etc. supervisando que la altura es la adecuada para su contemplación, la obra está perfectamente centrada sobre su soporte y la iluminación es correcta.
Una vez realizado este trabajo, la obra está preparada para su exposición y será devuelta a su institución de origen al finalizar la muestra, siguiendo este mismo procedimiento.