El Museo de Huesca cuenta con un conjunto compuesto por cuatro etiquetas de lejía diseñadas por Ramón Acín para fabricantes de este producto en la provincia de Huesca: Lejía Venus, Lejía La Bruja y Lejía el Gato para la Industrial Oscense afincada en la ciudad y Lejía Nieve del Pirineo para una empresa de Jaca. Las tres etiquetas oscenses forman parte de la Colección Ramón Acín, adquirida por el Gobierno de Aragón en 1997, y la etiqueta de Lejía Nieve del Pirineo ingresó en el museo gracias a una donación particular.
Estas etiquetas presentan cuatro diseños de gran calidad estética, muy diferentes entre sí y en los que se representan diversos motivos: una diosa clásica como Venus recubierta con una sábana mientras es observada por cuatro mujeres ataviadas con trajes populares que regresan de realizar la colada, una escena de interior en la que un gato bebe el líquido derramado de una botella ante la atenta mirada del resto de mininos desde el exterior, una silueta negra de una bruja volando sobre su escoba a la luz de la luna o una colada puesta al sol de las montañas del Pirineo.
Estas cuatro etiquetas nos invitan a observarlas con detenimiento y descubrir detalles preciosos como la fina silueta dorada que recorre el cuerpo de Venus representando la luz solar, los efectos ópticos sin solución de continuidad de las botellas de lejía representadas en el interior de las etiquetas o las iniciales “CM” dibujadas con esmero sobre una toalla al sol, quizá propiedad de Concha Monrás, la mujer de Ramón Acín.
En estas cuatro etiquetas Acín pone de manifiesto su gran talento como diseñador gráfico. En ellas dibuja a base de trazos sencillos y tintas planas composiciones muy equilibradas. Se puede apreciar también su pericia y pleno conocimiento de las técnicas gráficas al facilitar el trabajo del taller grabador mediante el empleo de unos pocos colores con los que consigue estampas de gran belleza y originalidad que funcionan a la perfección como reclamo publicitario.
Hemos podido averiguar que este conjunto de etiquetas de lejía también nos cuenta cosas sobre la utilización de este producto que tuvo un importante desarrollo a partir de finales del siglo XIX gracias a la comercialización de lejía en diferentes calidades, lo cual contribuyó a la mejora de las condiciones de vida e higiene de los hogares españoles y en este caso, de la provincia de Huesca. La lejía era un antiséptico barato, potente y seguro para la erradicación de gérmenes transmisores de enfermedades y por lo tanto era utilizada para la limpieza de la casa y de la colada, para potabilizar el agua, para la limpieza de heridas e incluso era empleada para usos quirúrgicos.
En el caso de las etiquetas de la Industrial Oscense hemos podido averiguar que las tres etiquetas se corresponden a tres calidades de lejía diferentes, siendo Lejía Venus la de calidad extra-superior, Lejía la Bruja la de calidad superior y Lejía el Gato la de menor calidad. Gracias a la amabilidad de Rosa Avellanas – antigua compañera del museo – hemos podido conocer esta aportación, así como aspectos personales sobre su abuelo, Lorenzo Avellanas, un hombre emprendedor al frente de numerosas aventuras comerciales y gran amigo de Ramón Acín. Como muestra de tal amistad, Acín se ofreció para la realización de estas estampas de forma desinteresada.
Estas etiquetas de lejía además de deleitarnos con su belleza y plasticidad, nos aportan datos de carácter social, así como un pequeño y no menos importante relato sobre la amistad de dos familias en la ciudad de Huesca de la década de los años 20 y 30.
Si os quedáis con ganas de conocer la obra de Ramón Acín os invitamos a visitar la sala 8 del museo donde se presenta un conjunto representativo de su obra pictórica y plástica así como también os recomendamos visitar el Museo Pedagógico de Aragón en el que se muestra una faceta destacada de la vida de Acín vinculada a la educación y la pedagogía.
Otra forma de conocer su obra sin moverse de casa es a través del portal ceres.es donde se muestra una destacada selección de esta colección o en la espléndida web de la Fundación Ramón y Katia Acín.
María Alonso Lescún