En el siglo XVIII la Universidad Sertoriana encargó un lujosos retablo para ornar la cabecera de la capilla, cuya imagen titular es la Virgen de la Inmaculada, y que podemos admirar en su ubicación original.
Se trata de una obra de grandes dimensiones inscrita dentro de las corrientes artísticas del Barroco pleno, obra de Tomás Vicién de comienzos del siglo XVIII (1719), que consta de sotabanco, banco, cuerpo (presidido por la imagen titular) y ático. Todo ello decorado con pan de oro y policromado, lo que contribuye a su aspecto de riqueza y suntuosidad.
Presenta un completo programa iconográfico que incluye a la Virgen de la Inmaculada en la hornacina central, flanqueada por los padres de la Iglesia latina: san Ambrosio, san Gregorio Magno, san Agustín y san Jerónimo.
En la parte supieror se representa la escena del Calvario, flanqueado por dos santos de gran raigambre oscense como son san Lorenzo y san Vicente. Completan en la parte central el medallón con la representación de santo Tomás Aquino de en éxtasis; y en la parte inferior san Pedro y san Pablo flanqueados por las virtudes Cardinales: Templanza, Fortaleza, Prudencia y Justicia.