¿Qué se te ocurre cuando juntas las palabras “arquitectura” y “niños”? Puedes pensar en juguetes de construcción o en pequeñas arquitecturas que nos quepan en casa como castillos, tipis, cabañas, etc.

¿Pero qué pasa cuando juntamos a los niños con la arquitectura de las ciudades y edificios, ya sean de nueva construcción o existentes?
Podemos enfocarlo de dos maneras diferentes:

  • Arquitectura para niños: espacios diseñados por y para los pequeños, adaptados a su escala y tamaño, en donde se les dé libertad de pensar, crear y construir. Estos espacios pueden ser más habituales hoy en día pero en edificios con ciertos años es casi misión imposible encontrar espacios amables para los niños.
  • Niños en la arquitectura: debemos pensar en la percepción que pueden tener los pequeños del espacio construido y la forma en que este influye en sus emociones y sensaciones. A los adultos se nos olvidan esas sensaciones pero es necesario tener en cuenta la desproporción entre ciertos espacios existentes y la escala infantil.

Obviamente, el edificio del Museo de Huesca en ningún momento fue concebido para las visitas y actividades infantiles y tampoco entra en la categoría de “arquitectura de juguete”. Sin embargo, cuando los niños entran al museo se suelen quedar muy impresionados con dos espacios: el patio y y el Palacio Real.

La razón es que son los espacios que tienen una escala poco familiar para ellos. La forma octogonal del patio y las amplias estancias de gran altura del palacio difieren mucho de los espacios con escala doméstica a los que están acostumbrados: su casa y el colegio.

En estos enlaces podéis aprender un poco más sobre el edificio del Museo de Huesca, su patio y su apasionante historia. Gracias a su singular forma, hemos encontrado una función didáctica diferente y estupenda.

Minerva y Sertorio. Juan Andrés Merklein. Óleo sobre lienzo. 1768. NIG. 03578. © Foto Fernando Alvira. Museo de Huesca.
Minerva y Sertorio. Juan Andrés Merklein. Óleo sobre lienzo. 1768. NIG 03578. © Foto Fernando Alvira. Museo de Huesca.

¿Y cuál es esa función? Pues que con el plano del Museo de Huesca podemos dar una clase de matemáticas, concretamente, de geometría. Y es que… ¿qué museo nos ofrece tal variedad de formas geométricas en su concepción?

Entre la oferta didáctica para escolares tenemos la actividad ¡Hola Arquitecto! en la que les ofrecemos un pequeño resumen de la historia de la arquitectura (Egipto, Roma, Edad Media…) y las aplicaciones que la geometría tiene en ella. Y plano en mano, vamos descubriendo las figuras geométricas planas o tridimensionales (cilindros, esferas, cubos…) escondidas en el edificio del museo y en sus obras de arte.

De esta manera, los niños interiorizan los conocimientos que adquieren en clase, en este caso, de geometría viendo las aplicaciones prácticas en edificios reales de esos conocimientos… Y es que cuántas veces hemos escuchado y dicho eso de… ¿y esto que me estoy estudiando para qué sirve?

¿Os animáis a una sencilla clase de formas geométricas? Únicamente necesitamos un plano del museo y …¡a por ello! A ver quién encuentra más triángulos, cuadrados, rectángulos, hexágonos y octógonos. Pista: hay algunas formas que se observan a simple vista y otras para las que necesitamos trazar algunas líneas sobre el plano. Os ponemos unas imágenes de planos del museo donde las hemos trazado ya para ayudaros.

Y ahora otra propuesta. Vamos a convertirnos en arquitectos y construir nuestras propias formas geométricas. ¿Cómo? Pues muy fácil, con palillos y plastilina o gominolas podemos hacer estructuras tridimensionales como las de la foto o podéis usar vuestra imaginación y conocimientos de geometría para crear otras nuevas. ¡A construir!

Saber más…

  • A la doctora italiana María Montessori y a su método de aprendizaje desarrollado a finales del siglo XIX y principios del XX debemos agradecer que los espacios de aprendizaje se adapten a los niños y no al contrario. Entre otras muchas cosas, fomentó el uso de un mobiliario adecuado al tamaño de los niños.
  • Cada vez son más las voces que abogan por que los diseños de ciudades y edificios tengan mucho más en cuenta a los niños. No se trata únicamente de facilitar espacios urbanos para el juego adaptados a sus necesidades sino también de que sean partícipes activos en el diseño de su entorno urbano y doméstico.
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