Desde 1993 cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Fue establecido así por Naciones Unidas con el objetivo de promover la importancia del agua dulce en el planeta y concienciar sobre millones de personas en el mundo que carecen de este valioso recurso.
La conmemoración de este día respalda la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 cuyo fin es garantizar el acceso al agua limpia y a un saneamiento adecuado a toda la población mundial antes de 2030.
Este año, el lema escogido por Naciones Unidas para la celebración de este día es “Valoremos el agua”: #Water2me. La campaña de 2021 se sirve de las redes sociales para generar un debate público a escala mundial sobre el valor que la gente otorga al agua en todos sus usos. Una estrategia que trata de fomentar la comprensión del valor que tiene el agua para distintas personas en distintos contextos a fin de poder preservar este precioso recurso para todos.
Desde el Museo de Huesca queremos sumarnos a esta celebración, por ese motivo la semana pasada estrenamos en nuestra sección Educa Vídeos del Museo de Huesca: “Objetos y Agua”, un recorrido por diferentes espacios del museo en el que nuestras compañeras de didáctica nos hablan de los diferentes objetos relacionados con el agua que podemos ver en tanto en las salas como en nuestro emblemático patio.
Las diferentes obras escogidas demuestran la importancia ha tenido el agua a lo largo de la historia para los seres humanos. Recurso de vida, símbolo sagrado y mágico, objeto artístico y clave también del desarrollo socioeconómico, el agua ha sido y es imprescindible en nuestras vidas.
De todas esas piezas destacamos hoy la obra En la fuente de Ramón Acín, una escena costumbrista desarrollada en un espacio público, al aire libre, en una plaza, ahí se sitúa la fuente. Esta se alza sobre una plataforma compuesta por un pilón octogonal en cuyo centro se halla un pedestal donde se levanta una estatua femenina que porta un cántaro. Detrás se aprecia la recta y esbelta silueta de dos jóvenes árboles. Al fondo observamos parte de la fachada de un edificio, en la planta baja del mismo se abren el portal de entrada y un vano; en la primera planta, un balcón del que se divisa la parte inferior y su barandilla.
En torno a la fuente se reúnen las madres, algunas acompañadas de sus hijos. Acuden a llenar sus cántaros o pozales y conversan, bien sentadas o en pie, en un momento de asueto mientras los niños corretean. Otras, terminada ya la tarea, regresan a su hogar.
Una fotografía de la Colección Ramón Acín conservada en el Museo de Huesca pudo servir de modelo para pintar este óleo. Se trata de un detalle de la plaza de la Catedral de Huesca con una fuente y un grupo de personas a su alrededor. Los edificios que se ven son la torre de la catedral y el actual Museo Diocesano. Entre 1883 y 1885 se canalizó el manantial procedente de San Julián de Banzo y sus aguas brotaron en varias fuentes que se sumaron a las ya existentes en la ciudad. Una de ellas es la fuente de «La Moreneta», nombre con el que empezó a conocerse popularmente por el color que tomó la capa pintura al estar expuesta al sol. Se instaló en la plaza de la catedral en 1886, y fue fundida por Antoine Durenne.
La fuente era lugar de encuentro, espacios de interacción social, de acercamiento casual o buscado. Era un espacio de diálogo, de tertulia y también de chismorreo. Allí se reforzaban vínculos y se forjaban historias. La búsqueda de agua, recurso básico de vida, proporcionaba también sosiego para el alma. Un apreciado tesoro que demos valorar y cuidar.
#DíaMundialDelAgua