Representación de uno de los doce trabajos que tuvo que superar el héroe mitológico Hércules para purgar una serie de acciones poco edificantes que había llevado a cabo. En este caso, luchar y derrotar al gigante Anteo, al que levanta y aleja de la tierra de donde extraía su poder y fortaleza, como se relata en la historia mitológica:
«Viajaba Hércules atravesando el norte de Libia cuando se encontró con el gigante Anteo, quien le retó a un combate a muerte. Hércules derribaba a Anteo una y otra vez, pero éste se levantaba con mayor fuerza cada vez que caía; hijo de Gea y Poseidón, al entrar su cuerpo en contacto con la tierra, alcanzaba la fuerza de un dios. A punto de ser derrotado, Hércules, dándose cuenta de ello, trató de sostenerlo en el aire con lo que el gigante se volvía más débil y le partió el cuello acabando con su vida».
Composición basada en originales del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens, reinterpretadas por Juan Bautista Martínez del Mazo, yerno y seguidor de Velázquez, y a quien se le atribuye esta obra. En ella, Anteo cubre su cuerpo con paño blanco, mientras Hércules viste la piel del león, difiriendo sustancialmente la tonalidad de las carnaciones. La expresión del rostro y el cuerpo retorcido de Anteo, así como la tensión muscular de ambos personajes, dotan a la escena de gran teatralidad y realismo.
Esta escena mitológica, junto con el resto de trabajos de Hércules, se destinaron a decorar las estancias privadas del Alcázar Real de Madrid, como guía moral que aleccionara al entonces príncipe heredero de Felipe IV, Baltasar Carlos (fallecido en Zaragoza en 1646), por la senda de las virtudes del héroe, que encarna el esfuerzo constante y la superación.
LOS TRABAJOS DE HÉRCULES EN EL MUSEO DE HUESCA
Según la mitología, Hera, celosa de Hércules por ser éste un semidios, hijo de Zeus y una mortal, le indujo a cometer un acto vil y lleno de locura que consistió en el asesinato de su esposa e hijos. Por ello, tuvo que llevar a cabo doce trabajos, como purga a su culpa. Los doce trabajos consistieron en:
–La lucha contra el león de Nemea
–La lucha contra la hidra de Lerna
–La captura del jabalí de Erimanto
–La captura de la cierva del monte Cerinea
–La expulsión de los pájaros del Estínfalo
–Los trabajos en los establos de Augías
–La captura del toro de Creta
–La obtención del cinturón de Hipólita
–El robo de las yeguas de Diómedes
–El robo del ganado de Geriones
–La obtención del can Cerbero
–El robo de las manzanas doradas del jardín de las Hespérides
El Museo de Huesca, en su finalidad de acercar al público la temática mitológica y civil llevada a cabo en el siglo XVII en España, expone en su sala 6, otras cuatro obras de los trabajos de Hércules, todas ellas atribuidas a Juan Bautista Martínez del Mazo y que igualmente decoraron las estancias del príncipe heredero Baltasar Carlos. Se trata de Hércules luchando con el león de Nemea (NIG 0056); Hércules luchando con el toro de Creta (NIG 0059) y Hércules matando al dragón de las Hespérides (NIG 0058).
Este repertorio, en conjunto, hace alusión a la victoria de Hércules frente a los cuatro elementos: el león (el fuego), el dragón (el agua), el toro (la tierra) y Anteo (el aire).
Una cuarta obra, culmina este programa mitológico basado en la figura de Hércules: La Apoteosis de Hércules. Se trata de un depósito del Museo del Prado al Museo de Huesca (NIG 13338). Perteneciente a las colecciones reales, esta pintura formó parte de la decoración de dos estancias reales: Las estancias del príncipe en el Alcázar Real y las estancias del desaparecido Palacio del Buen Retiro.
En esta obra se muestra a Hércules, distinguible por sus atributos, como son la piel del león de Nemea y la maza, en el momento en que asciende al monte Olimpo, morada de los dioses griegos, en su proceso de deificación.
