La pieza se expone en la sala 6 del Museo de Huesca, un espacio destinado a la rotación de obras del Museo que se no se encuentran en la exposición permanente.

Judíos en el Alto Aragón

La ruta hebraica del oriente aragonés abarca las comarcas del Somontano de Barbastro y el Cinca Medio y Bajo, así como la de la Litera. Destacan las comunidades de Barbastro, Monzón, Tamarite de Litera y Fraga. Jaca alberga la judería más antigua del Aragón cristiano y en Huesca la comunidad judía se encontraba asentada extramuros de la ciudad, en el sector occidental de la ciudad. La presencia hispanojudía se ha conocido a través de diferentes documentos, restos arquitectónicos y elementos de cultura material procedentes de diversas actuaciones arqueológicas.

La ciudad de Barbastro contó con población judía en el período islámico. Aunque no se cita en la capitulación del año 1100 ni en el fuero de Pedro I, en la bula de cruzada Dispar nimirum del papa Alejandro II, que impulsará la primera conquista de la plaza en 1064, se advierte que los combatientes debían respetar a los miembros de esta minoría.

La judería se ubica en el interior de la Zuda, fortaleza de origen musulmán levantada a comienzos del siglo X, en el distrito de Entremuro. Se extendía por las calles Castellnou, San Miguel, Encomienda, la Peña, Esperanza, Entremuro y la Candelaria.

La sinagoga fue levantada en 1287, ocasionando que Alfonso III instruyera diligencias para comprobar si los maestros de obras se habían extralimitado en sus dimensiones. Una vez que la comunidad se disuelve, Benedicto XIII acuerda en 1415 su consagración bajo la advocación de San Salvador, habilitando una parcela contigua para inhumaciones, “el ciminterio de Sant Salvador de la Çuda”.

Una hanukiyà en el Museo de Huesca

El Museo de Huesca, como señalábamos anteriormente, atesora entre sus fondos un fragmento de lámpara ritual judía de tipo doméstico, denominada hanukah o hanukiyà, procedente de la judería de Barbastro (Calle de la Esperanza). La pieza del siglo XV es de cerámica vidriada modelada a mano. Se conservan solo dos candilejas de la lámpara con su soporte en forma rectangular y un elemento perforado para su sujeción a la pared.

Hanukiyà. Judería de Barbastro. Siglo XV. NIG 10929. Museo de Huesca
Hanukiyà
Posible reconstrucción de la hanukiyà a partir del fragmento conservado. Dibujo de Sara Lugo.
Reproducción de la hanukiyá realizada por Javier Fanlo.

La finalidad de estas lámparas (piezas formadas por 8 receptáculos en forma de candil alineados unos junto a otros más uno de mayor tamaño en el extremo) era la de ser encendidas durante la fiesta de Hanukà o Fiesta de las Luces – celebración que tiene lugar el 25 del mes de Kislev [diciembre en el calendario cristiano]-, comienza ese día con el ritual de encendido de la primera candileja por la derecha hasta completar los ocho días de fiesta, en que arden las ocho mechas de la hanukiyà.

Esta festividad recuerda el momento en que los judíos recuperaron su independencia de los griegos (año 165 a.C.) que querían que el pueblo israelí aceptara sus creencias. Desde entonces, el pueblo judío la celebra sin interrupción, conmemorando por tanto la victoria de los macabeos sobre los griegos seléucidas y el milagro de que pudo encenderse el candelabro de siete brazos o menorah del templo de Jerusalén durante ocho días a pesar de que solo había aceite para uno.

Museo de Huesca

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