Racionalismo y Arquitectura: el GATEPAC y la Revista AC en el Museo de Huesca

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El Museo de Huesca muestra en el Salón del Trono una nueva exposición temporal: «El GATEPAC y la Revista AC: catalizador de la vanguardia arquitectónica española (1931-1937)», organizada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón en colaboración con el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.

El discurso expositivo es doble, por un lado podemos ahondar en la presencia de la arquitectura racionalista en Aragón, cuyo hito destacado es el Rincón de Goya de Fernando García Mercadal (1926-1928), a través de 28 paneles didácticos dispuestos perimetralmente, con ejemplos de arquitectura racionalista de las tres provincias: Huesca, Zaragoza y Teruel. Por otro lado, en el centro de la sala se levantan 13 retroiluminados con las portadas más destacadas de la Revista AC, órgano de expresión del grupo GATEPAC, catalizador del progresismo arquitectónico durante el periodo de la Segunda República Española.

La presencia del racionalismo en la ciudad de Huesca es importante. La cotidianidad de la ciudad oscense se vio alterada por el gordo de la lotería de Navidad de 1932. El impulso económico que aportó este premio y el de algunos jóvenes arquitectos, impregnados de los postulados de las vanguardias europeas contemporáneas, fueron levantando en la ciudad entre 1931 y 1942, un heterogéneo conjunto de edificios, sobre todo viviendas, pero también otros destinados a cubrir nuevas necesidades ciudadanas en relación con la sanidad y la educación. Las formas abstractas y las fachadas austeras de las obras racionalistas que dejaron en Huesca, se convirtieron en hitos urbanos aún hoy impactantes.

El espíritu inquieto y creativo de Ramón Acín le llevó a acercarse a la arquitectura con proyectos, de clara influencia racionalista algunos, y que el Museo de Huesca conserva entre sus fondos.

Destaca el Proyecto para Parque Municipal, en el que mediante el uso de una forma geométrica, el hexágono, se genera el espacio arquitectónico central, mediante un edifico de acusada verticalidad, y el espacio libre alrededor de éste. Acín proyecta una maqueta de la que además realiza fotografías de detalle.

 

Nos encontramos otros, como el Proyecto de Biblioteca Pública al aire libre, con clara influencia de las tendencias más sociales propias de esta arquitectura de los años 20-30’s. La arquitectura debe cumplir una misión más allá de la pura habitabilidad, debe mejorar la vida del usuario, forma y función son ahora las máximas prioritarias. En esta misma línea se encuentra el Proyecto de edificio racionalista, proyecto ideal en el que se muestra planta y alzado de un edificio de líneas rectas y depuradas.

 

Algunos de sus proyectos de monumentos sí vieron la luz. En esta línea de la simplicidad racionalista nos encontramos con el Monumento a López Allúe (Parque José Antonio Labordeta, Zaragoza, 1928-1930) o la ya indisolublemente ligada al repertorio iconográfico de la ciudad de Huesca, Fuente de las Pajaritas, (1928) en el parque de la ciudad, en la que predominan las formas geométricas de los pedestales sobre los que se alza el grupo escultórico de las Pajaritas realizadas en chapa, monumento público del que el Museo de Huesca conserva varias fotografías de la maqueta, además de dibujos y una pequeña escultura.

 

Todos estos trabajos se corresponden con una de las etapas más fructíferas de Acín, la comprendida entre 1926 y 1930. Coincide con su vinculación con los círculos más politizados de la vanguardia española, participa desde el primer momento en el homenaje que los artistas aragoneses rindieron a Goya en el centenario de su fallecimiento. El círculo se cierra: vanguardia, modernidad y arquitectura.

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